¡Ya pasó lo más difícil! Eso parece decir Ana María, mi mamá, en la imagen tomada hoy miércoles, minutos antes de ser dada de alta en el hospital del Estado. Se sufrió bastante, fue un un vía crucis que mejor olvidaremos para concentrarnos en lo importante. Mi mamá ahora está más tranquila y el mioma uterino ya no la molestará más. Ya está en casa y ahora está viendo el DVD de "Las Crónicas de Narnia".
La nota feeling fue que ayer, martes 30 de mayo, fue el trigésimo primer aniversario de bodas de mis papás. 31 años de casados. Más que los 29 que llevo inhalando aire por la nariz. Mi papá quiso hacerle un presente. Compró un arreglo floral y lo llevó al hospital. "Pero ese tipo de presentes no pueden ingresar", le dijo uno de los empleados del bendito nosocomio. Para reivindicar esta situación decidimos tomarle una foto a las flores, imprimirla y encargarle a mi papá que la entregue durante el horario de visita (de 4 p.m. a 6 p.m.)
Aproveché la oportunidad para imprimir 2 fotos más. En ellas incluí a otros 2 seres queridos impedidos de ver a mi mamá: Paula, mi sobrina-ahijada, y Spot, la mascota-gay (¡broma!).
Mi mami se alegró mucho con el detalle. Felizmente, ya de vuelta en casa, tanto Paula como Spot y el arreglo floral la esperaban. Por cierto, aquí tengo también unas fotos del regreso de mi mamá a casa.
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